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Las 3 herramientas de sabiduría

por Xavi Santamaría

La filosofía tibetana nos habla que dentro nuestro habitan el ego y el ser espiritual. El ego intenta llevar el control, no ser descubierto, generando auto engaños continuos y el ser espiritual está dormido, oculto. El ego, con su su charla incesante, no nos permite escuchar al ser.

 

El ser interno no es más que nuestra sabiduría innata que en la filosofía budista se llama “la conciencia discernidora”. Esa es nuestra verdadera naturaleza, lo que realmente somos, lo que en algunas culturas se llama el guía, sabiduría, alegría y gozo.

 

El ego, nunca existió y hacernos conscientes de esta realidad en budismo tibetano se denomina “la ausencia del yo” o como lo denominamos hoy en día trascender el yo, no reconocernos como ego, dejar de estar a su servicio y que este esté al servicio de nuestro ser espiritual.

 

Para conseguir esto, el budismo tibetano nos proporciona “Las tres herramientas de sabiduría” para poder andar por el camino que nos llevará a descubrir la libertad, la ausencia del yo, estas tres herramientas son; la escucha, la contemplación y la reflexión y la meditación.

  •  La escucha.

 

La “estrechez mental” y la charla incesante que genera el ego, hace que la escucha sea un proceso bastante difícil. A través de la escucha, de la repetición de las enseñanzas o conceptos, iremos recordando nuestra naturaleza oculta de sabiduría, ya que solo está dormida dentro nuestro a consecuencia del ego que no nos permite conectar con ella. Empezaran a resonarnos conceptos, enseñanzas y nacerá dentro nuestro una curiosidad familiar y cálida de lo que vamos oyendo que nos llevara a investigar más.

  • La contemplación.

 

Debemos abandonar los juicios, simplemente observar sin enjuiciar, pues los juicios se generan por experiencias vividas o información ya recibida que no nos permitirán nuevos aprendizajes, son conceptos, ideas ya predefinidas dentro nuestro a las que se aferra el ego para no dejar despertar la sabiduría innata que se aloja dentro de cada uno de nosotros. Simplemente contemplar y sentir aunando cada vez más en la contemplación y la reflexión ya que en todo  existe una parte de verdad que hay que discernir y cada vez que contemplamos, nuestro flujo mental se impregnara más expandiendo nuestra experiencia interior y reflexionando sobre la contemplación.

 

  •  La meditación.

 

 La contemplación enriquecerá aquello que hemos escuchado anteriormente y nos resonaba, que habíamos empezado a entender intelectualmente para llevarlo a nuestro corazón y con las contemplaciones y reflexiones profundas que adquirimos la intuición actuará aplicando las nuevas enseñanzas en la vida gracias al proceso de la meditación. 

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